Título: Cincuenta sombras de Grey.
Título original: Fifty Shades of Grey.
Autor/a: E.L. James.
Saga: Cincuenta sombras (1 de 3).
Editorial: Grijalbo.
Traducción: Pilar de la Peña Minguell y Helena Trías Bello.
Año: 2012 (2011).
Páginas: 541.
ISBN: 9788425348839
Precio: 17.01€
¿Dónde puedo conseguirlo?: El Corte Inglés
Sinopsis: Cuando la estudiante de literatura Anastasia Steele recibe el encargo de entrevistar al exitoso y joven empresario Christian Grey, queda impresionada al encontrarse ante un hombre atractivo, seductor y también muy intimidante. La inexperta e inocente Ana intenta olvidarle, pero pronto comprende cuánto le desea.
Grey está atormentado por sus propios demonios y le consume la necesidad de controlarlo todo, pero a su vez se ve incapaz de resistirse a la serena belleza de Ana, a su inteligencia y a su espíritu independiente. Debe admitir que la desea, pero bajo ciertas condiciones.
Cuando la pareja por fin inicia una apasionada relación, las peculiares prácticas eróticas de Grey desconciertan a Ana al tiempo que ella descubre los límites de sus propios y más oscuros deseos...
Anastasia Steele es una chica normal, del montón, con unas notas medias y unos problemas como los de cualquiera. Trabaja en una ferretería para ganarse algún dinero mientras termina sus estudios en la universidad, y comparte piso con su mejor amiga Katherine. Cuando Kate resulta estar indispuesta para asistir a la reunión que había concertado con el soltero de oro de la costa oeste de los Estados Unidos, Ana decide ayudarla un poco a regañadientes. Es así como conoce a Christian Grey: casi por casualidad.
Y resulta que Christian Grey queda prendado de ella, al principio por mera curiosidad sexual, después como un amor más que verdadero. Entran en contacto y, entre una cita y otra, comienzan una relación en la que Anastasia descubrirá el apasionante y desconocido mundo de los amos y las sumisas.
Querido lector, admito que, antes de leerlo, me invadía esa curiosidad total de saber cómo sería aquel libro del que todo el mundo hablaba (como me aseguró la etiqueta que le han pegado en la portada: "sí, este es el libro del que habla todo el mundo"). Así que, aprovechando una parada en casa de mi amiga Marina, le pregunté si tenía un ejemplar para prestarme. Casi me lo tiró a la cara y me dijo: "¡Llévatelo! ¡Sácalo de mi casa!". Y ahí estaba yo, con dos opiniones completamente enfrentadas: la de mis amigas, que prácticamente lo detestaban (y, ojo, mis amigas suelen tener mucho criterio) y, por otro lado, la opinión popular y los datos de las ventas, que decían que era un libro más que excepcional y que había que leer antes de morir. Sabiendo todo esto, me senté en el sillón de mi casa, me puse las gafas de la objetividad y lancé de lleno.
¿Y qué me encontré? Una historia de amor a la que le habían echado valor y le habían puesto un par de azotes. No es mucho más que eso, realmente. Lo que creo que ocurre es que la gente se ha visto impactada porque un tema aparentemente tan tabú se tratara de manera tan abierta. James cruza esto con una relación amorosa y nos planta delante un hombre supuestamente ideal, al que, en realidad, la idea de querer tampoco es tan descabellada (joven, guapo, realmente rico y con dotes de cama, ¿quién da más?). Una vez puesta esta base, el tema del cuarto de tortura se hace hasta asequible para las mentes más cerradas, y, cuando quieres darte cuenta, ya te has terminado el libro.
La escritura, de todos modos, es muy mejorable. Sí he de decirte, querido lector, que me parece que esto también encaja de manera adecuada con la propia idea del libro. Todo se ve desde el punto de vista de Anastasia, lo que hace que podamos sentirnos algo más indentificados con ella (detalle que, seguro, más de una agradecerá). La trama es bastante simple, y se basa principalmente en los problemas psicológicos del propio Christian, y la reacción (a veces bastante inmadura) de la propia Ana. Los personajes, para mi gusto, son algo incoherente a veces, vacíos otras, alterables en ocasiones. Anastasia, a mi parecer, es una cáscara vacía en la que cualquiera puede colarse (un poco como le ocurre a Bella Swan en Crepúsculo), y Grey excusa sus perversiones con maltratos infantiles. Todo lo demás es un poco relleno de lo anterior.
A pesar de todo esto, el libro es ameno y realmente se lee de manera muy rápida y asequible. Tengo que admitir que James ha sabido controlar muy bien la situación, y le ha dado a un público consumista precisamente lo que estaban pidiendo, sin más. La idea de un amor, mezclado con temas de cama que suben el tono, ha logrado inflar muy adecuadamente los bolsillos de la escritora y, pienso, todo es mérito suyo. Ha sabido dar a sus lectores lo que pedían, ni más, ni menos.
¿Qué como cierro yo esto? Pues diciéndote que, si te gustan las historias de amor y no te importa meterle sexo de por medio, lo leas. Quizá no que lo compres, pero sí que lo pidas prestado (porque seguro que tienes alguna amiga por ahí que tiene una copia. Seguro). No será el libro de tu vida, pero podrás comentar el fenómeno social sabiendo de primera mano de qué hablas. O a lo mejor terminas uniéndote a las sectas pro-Grey que hay por el mundo. Quién sabe...
Grey está atormentado por sus propios demonios y le consume la necesidad de controlarlo todo, pero a su vez se ve incapaz de resistirse a la serena belleza de Ana, a su inteligencia y a su espíritu independiente. Debe admitir que la desea, pero bajo ciertas condiciones.
Cuando la pareja por fin inicia una apasionada relación, las peculiares prácticas eróticas de Grey desconciertan a Ana al tiempo que ella descubre los límites de sus propios y más oscuros deseos...
Anastasia Steele es una chica normal, del montón, con unas notas medias y unos problemas como los de cualquiera. Trabaja en una ferretería para ganarse algún dinero mientras termina sus estudios en la universidad, y comparte piso con su mejor amiga Katherine. Cuando Kate resulta estar indispuesta para asistir a la reunión que había concertado con el soltero de oro de la costa oeste de los Estados Unidos, Ana decide ayudarla un poco a regañadientes. Es así como conoce a Christian Grey: casi por casualidad.
Y resulta que Christian Grey queda prendado de ella, al principio por mera curiosidad sexual, después como un amor más que verdadero. Entran en contacto y, entre una cita y otra, comienzan una relación en la que Anastasia descubrirá el apasionante y desconocido mundo de los amos y las sumisas.
Querido lector, admito que, antes de leerlo, me invadía esa curiosidad total de saber cómo sería aquel libro del que todo el mundo hablaba (como me aseguró la etiqueta que le han pegado en la portada: "sí, este es el libro del que habla todo el mundo"). Así que, aprovechando una parada en casa de mi amiga Marina, le pregunté si tenía un ejemplar para prestarme. Casi me lo tiró a la cara y me dijo: "¡Llévatelo! ¡Sácalo de mi casa!". Y ahí estaba yo, con dos opiniones completamente enfrentadas: la de mis amigas, que prácticamente lo detestaban (y, ojo, mis amigas suelen tener mucho criterio) y, por otro lado, la opinión popular y los datos de las ventas, que decían que era un libro más que excepcional y que había que leer antes de morir. Sabiendo todo esto, me senté en el sillón de mi casa, me puse las gafas de la objetividad y lancé de lleno.
¿Y qué me encontré? Una historia de amor a la que le habían echado valor y le habían puesto un par de azotes. No es mucho más que eso, realmente. Lo que creo que ocurre es que la gente se ha visto impactada porque un tema aparentemente tan tabú se tratara de manera tan abierta. James cruza esto con una relación amorosa y nos planta delante un hombre supuestamente ideal, al que, en realidad, la idea de querer tampoco es tan descabellada (joven, guapo, realmente rico y con dotes de cama, ¿quién da más?). Una vez puesta esta base, el tema del cuarto de tortura se hace hasta asequible para las mentes más cerradas, y, cuando quieres darte cuenta, ya te has terminado el libro.
La escritura, de todos modos, es muy mejorable. Sí he de decirte, querido lector, que me parece que esto también encaja de manera adecuada con la propia idea del libro. Todo se ve desde el punto de vista de Anastasia, lo que hace que podamos sentirnos algo más indentificados con ella (detalle que, seguro, más de una agradecerá). La trama es bastante simple, y se basa principalmente en los problemas psicológicos del propio Christian, y la reacción (a veces bastante inmadura) de la propia Ana. Los personajes, para mi gusto, son algo incoherente a veces, vacíos otras, alterables en ocasiones. Anastasia, a mi parecer, es una cáscara vacía en la que cualquiera puede colarse (un poco como le ocurre a Bella Swan en Crepúsculo), y Grey excusa sus perversiones con maltratos infantiles. Todo lo demás es un poco relleno de lo anterior.
A pesar de todo esto, el libro es ameno y realmente se lee de manera muy rápida y asequible. Tengo que admitir que James ha sabido controlar muy bien la situación, y le ha dado a un público consumista precisamente lo que estaban pidiendo, sin más. La idea de un amor, mezclado con temas de cama que suben el tono, ha logrado inflar muy adecuadamente los bolsillos de la escritora y, pienso, todo es mérito suyo. Ha sabido dar a sus lectores lo que pedían, ni más, ni menos.
¿Qué como cierro yo esto? Pues diciéndote que, si te gustan las historias de amor y no te importa meterle sexo de por medio, lo leas. Quizá no que lo compres, pero sí que lo pidas prestado (porque seguro que tienes alguna amiga por ahí que tiene una copia. Seguro). No será el libro de tu vida, pero podrás comentar el fenómeno social sabiendo de primera mano de qué hablas. O a lo mejor terminas uniéndote a las sectas pro-Grey que hay por el mundo. Quién sabe...
Esta entrada tuya irradia piedad por todas partes.
ResponderEliminarNo diré más.
Y es cierto. Pero intento ser objetiva, siempre dentro del hecho que es mi mera opinión.
EliminarTiene mucha incoherencia y escena facilona de "pongo esto porque sé que a las tías estas cosas ñoñas les gustará", pero tampoco está TAN mal escrito como otras mierdas que he leído.
De todos modos, ya te digo. No lo recomiendo. Que me da un poco de miedo que le guste a la gente y después me claven en una cruz...