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24/6/15

Cosas de la vida

Hoy me voy a permitir el lujo de apartarme un poco de las reseñas para contaros una experiencia única que he tenido hace poco. Además, como encima el libro que estoy leyendo tiene más de mil páginas, creo que es una buena oportunidad el resumiros todo esto para no dejar tampoco el blog parado.

Os presento a Otto (para mí se llama así):



Otto tiene cinco mesecitos, es cariñoso, atento y juguetón. Ese mismo día 21 de junio, tal y como se ve en la pantalla del móvil, nuestros caminos se cruzaron. Salía yo de un restaurante de comer con la familia en Pilar de la Horadada (Alicante) cuando vi un cachorrito amoroso que me movía la cola en la puerta. Me puse en seguida a jugar con él, pensando que era un perro más que acompañaba a su dueño y que se iría en seguida (me ha pasado cientos de veces). Pero esta vez Otto no se iba, seguía jugando con nosotros, y, además, tan entusiasmado que estuvieron a punto de atropellarlo. 

En seguida me di cuenta de que lo que ocurría era que estaba abandonado. No podía dejarlo solo allí en la calle. Se me encogía el alma de solo pensarlo. Estuve pensando seriamente la idea de llevarlo a mi casa, donde ya tenemos una perrita encantadora llamada Wendy (la foto que veis aquí a la derecha). El problema es que Wendy es un poco antisocial perrunamente hablando: le dan pánico otros perros. Es por eso que no sabía si mis padres estarían del todo de acuerdo con ello.

El caso es que de pronto me vi explotándome los sesos pensando qué hacer con Otto: las protectoras estaban hasta los topes, ni se me cruzaba por la cabeza llevarlo a la perrera y, lo más descabellado de todo, alguien me dijo que le diera el perro para venderlo, y que nos repartíamos los beneficios a partes iguales (ni que decir tiene que me faltó escupirle en la cara).

El destino volvió a sorprendernos a Otto y a mí. Volvimos por una decisión en común a la zona en la que nos lo habíamos encontrado. En realidad, en cierto modo, estaba cuidado, así que dedujimos que tenía que tener una familia que lo estuviera buscando desesperadamente. 

Nos perdimos.

Pero con tan buena suerte que fuimos a dar con una peluquería canina, El Gosset, aunque estaba cerrada esa tarde porque era domingo. Justo al lado, sin embargo, se veía la puerta de la casa: el local y la vivienda formaban parte de la misma estructura. Llamé a la puerta y me atendió una mujer encantadora, que resultó ser la dueña de una casa de acogida para animales sin hogar. 

Hablamos un poco, le di los datos y, finalmente, entre lágrimas y con un disgusto enorme, dejé a Otto, porque sabía que se quedaba en buenas manos.

La mala noticia es que no estaba cuidado. Tenía lombrices, no contaba con ninguna vacuna y no tenía chip. Lo bueno, por supuesto, es que ahora está en el sitio que se merece, y ya hay dos familias que quieren adoptarlo, para cuidarlo y quererlo, y que tendrá un hogar bueno, lleno de cariño, que es donde un perro debe estar.

Y esta es mi historia sentimental de hoy. Siento haber tardado tanto en publicar, y siento también no traeros una reseña. El tema de Otto me ha traído de cabeza durante días (sigo queriendo adoptarlo, pero no puedo por Wendy), y me temo que no tengo ninguna reseña fresca por ahora que poder ofreceros. Pero tranquilos, queridos lectores: todo llega.


8 comentarios:

  1. Qué tierna la historia, y qué pena, mientras la leía me imaginaba el final que a mí me hubiese gustado, y es que el tuyo y Otto se hubiesen quedado juntos. Por cierto, si no tenía chip, ¿quién le puso el nombre?
    Te entiendo perfectamente, a mí me pasa igual, aunque con los gatos, me siento dividido cuando me encuentro uno por la calle, seguir caminando o quedarme con esos ojos que te miran y te traspasan el alma. Es curioso, cuando era niño había más perros abandonados, ahora ya apenas se ven. No puedo decir lo mismo de los gatos, que hay por docenas en las aceras.

    Veo que estás con La cúpula. Lo tengo en mi estantería desde hace un par de añitos y todavía no le hice hueco. Ya me contarás.
    Un beso ;)

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    Respuestas
    1. No tengo ni idea de cómo se llama. Otto es como será siempre para mí. Me pareció que le pegaba con esa cara tan graciosa.

      Y mi historia con 'La cúpula' es un poco la misma que la tuya, solo que al final lo he cogido xD

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  2. Oh, creí que los de la protectora pudieron ayudaros (la verdad, cuando os dí el número lo dudaba porque TODAS las protectoras que conozco llevan meses pidiendo ayuda porque están hasta los topes y sus facturas de los veterinarios no hacen más que subir), me alegro de que encontraseis un lugar para el pequeñajo y esté bien, a ver si puede encontrar pronto una familia que le mime.

    Quien sugirió venderlo, viendo que buscabais protectoras y casas de acogida es para matarlo. Si ya me parece mal que críen animales para venderlos, que los encuentres en la calle y te aproveches de ello me parece todavía peor. Habría que venderlo a él/ella.

    Un beso y ánimo, pronto tendrá un hogar.

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  3. Otto, que bonita historia de amor. Me ha ecantado que te involucraras tanto con él, pero no me ha sorprendido nada porque ya se que eres amor puro.
    Lo que más me gusta es que tenga un fial feliz, de verdad. Ojalá todas las historias perrunas terminasen igual.
    Al que te dijo de venderla, dale y guatazo de mi parte por favor.

    Un beso Kungui

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  4. Es una monada de perro, no sé como pueden abandonarlos T_T Menos mal que Otto encontró un ángel que lo salvara de la calle... Espero que le cuiden como se merece <3
    Un besazo.

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  5. Qué precioso es! Y qué alegría saber que pronto va a tener una casita donde lo quieran y lo cuiden. No sé cómo pueden abandonarlos...
    Besotes!!!

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  6. A mi me choca que vendan a los animales y los abandonen. Darán lata algunas veces, pero y ¿qué? los humanos también jodemos xD Me alegra que le hayas podido encontrar alguna casita para vivir :D!
    Suerte con todo y cuídate :)

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  7. Si me encontrara con un perro en la calle me pasaría como a ti... Seria incapaz de dejarlo solo, pero tampoco podria traerlo a casa. Primero porque se que en un piso mas de un perro es complicado, aunque sean de tamaño pequeño, y segundo, porque mi Tuno es muy especial y no con todos los demás perros se lleva bien. El tambien apareció en mi vida de casualidad, aunque fuera buscando por internet, y tambien es un perro abandonado, con solo un par de semanas de vida, asi que imaginate su historia... Por suerte, lleva conmigo desde que tenia dos meses y medio, asi que no ha sufrido lo que sufren los perros mas mayores que estan solos.
    Es precioso lo que nos has contado, y ojala sigas pendiente de su historia y puedas verlo de vez en cuando.
    Besazos!!

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