Título original: Cien años de soledad.
Autor/a: Gabriel García Márquez.
Saga: ---
Editorial: Debols!llo.
Traducción: ---
Año: 2009 (1967).
Páginas: 496.
ISBN: 9788497592208.
Precio: 8.50€.
¿Dónde puedo conseguirlo?: El Corte Inglés
Sinopsis: Este clásico del siglo XX es el enorme y espléndido tapiz de una ya mítica familia en la mítica aldea de Macondo. La saga de los Buendía es referente imprescindible en el devenir de la narrativa latinoamericana.
De esta obra de arte podría decir mil cosas. Podría empezar diciendo que ha sido traducida a treinta y cinco idiomas. Podría deciros que está considerada una novela única, de esas que hay que leer antes de morir. Que forma parte de la lista de las cien mejores novelas en español del siglo XX. Que, no por nada, en mi último curso de carrera de filología hispánica es una lectura obligatoria. Pero me ahorraré todo eso; porque Cien años de soledad es una novela que no necesita etiquetas, porque es una etiqueta en sí misma.
Verás, querido lector, yo empecé a leer esta novela después de haber escuchado su nombre infinidad de veces. Por supuesto, los estudios sobre Gabriel García Márquez en mi carrera han sido más que recurrentes, pero, he de ser sincera, no me había lanzado a ver su obra más allá de sus aportaciones periodísticas, que no son menos interesantes. Llegó entonces una profesora amante de los libros, de Anita Ozores y de la literatura hispanoamericana en general, y nos dijo: <<señores, aquí tienen la lectura obligatoria de este año. Ya me contarán>>. Y, lo primero que he de decirte, Isabel (que sí, que hablo de ti, por si no te habías reconocido), es que te debo un tesoro literario, cultural y humano. Porque Cien años de soledad es eso: una fuente de riqueza personal.
Empezamos la historia con el coronel Aureliano Buendía. Todo gira en torno a su familia, de la que podremos contar hasta siete generaciones. Y con este ejemplo entro en el apartado de los personajes, que se te hará tan largo que seguramente en alguna ocasión necesites fabricarte un árbol genealógico e ir cuadrando datos. Pero, de todos modos, García Márquez lo lleva con esa magia de enlazarlo todo que, cuando creas que estás perdido o que te has olvidado de Fulanito Buendía, ahí está él para recordarte por dónde van los tiros.
Todo va cogido con hilos mágicos; con hilos de realismo mágico. Y esto se demuestra en los interminables momentos de cosas asombrosas que se describen como si fueran el sol de la mañana. Verás alfombras voladoras, fantasmas que deambulan y hablan solos, personajes que ascienden a los cielos, artes de todos los tamaños y colores para saber el destino. Encontrarás también el tema de la soledad. Todo tan constante, todo tan reiterativo, todo tan García Márquez. Todo es un círculo en Macondo y en la vida de los Buendía; un círculo en el que debes perderte antes de morir.
Qué decir de la escritura. Criticar al señor Gabriel García sería como que un niño que hace pinturas con las manos corriera a Botticelli a decirle que vaya un cuadro feo que ha hecho. Pero es que a mí me resulta imposible hacer algo así. Ya lo verás cuando lo leas (porque lo tienes que leer). Te lo cuenta todo con una sencillez que abruma, pero después encuentras las pinceladas de magia y de irrealidad que te chocan, pero que ahí están, como la vida misma, tan verdaderas como las flores de un jardín. Y te las crees. Y no parecen irreales. Y eso sólo le da más magia.
Y el final. Vaya un final. Vaya un broche de oro con diamantes engastados.
Eso sí. Un consejo: termínalo. No dejes que te abrume la cantidad de información y piérdete en el árbol interminable de hijos, sobrinos, nietos y tatarabuelos. Si hay algo que te llega a sobrecoger, date unos minutos y ya lo retomarás cuando puedas. Porque no todos los pasajes tienen por qué gustarte (yo misma pasé unos cuantos con algo de resignación), pero una cosa sí puedo decirte: merece la pena. Y mucho.
Así que imagínate cómo es la cosa. Imagina tu mundo ahora. Guárdalo en tu mente. Después de leer la novela, échale un vistazo a lo guardado. ¿A que ahora no te imaginas el mundo sin Cien años de soledad?
De esta obra de arte podría decir mil cosas. Podría empezar diciendo que ha sido traducida a treinta y cinco idiomas. Podría deciros que está considerada una novela única, de esas que hay que leer antes de morir. Que forma parte de la lista de las cien mejores novelas en español del siglo XX. Que, no por nada, en mi último curso de carrera de filología hispánica es una lectura obligatoria. Pero me ahorraré todo eso; porque Cien años de soledad es una novela que no necesita etiquetas, porque es una etiqueta en sí misma.
Verás, querido lector, yo empecé a leer esta novela después de haber escuchado su nombre infinidad de veces. Por supuesto, los estudios sobre Gabriel García Márquez en mi carrera han sido más que recurrentes, pero, he de ser sincera, no me había lanzado a ver su obra más allá de sus aportaciones periodísticas, que no son menos interesantes. Llegó entonces una profesora amante de los libros, de Anita Ozores y de la literatura hispanoamericana en general, y nos dijo: <<señores, aquí tienen la lectura obligatoria de este año. Ya me contarán>>. Y, lo primero que he de decirte, Isabel (que sí, que hablo de ti, por si no te habías reconocido), es que te debo un tesoro literario, cultural y humano. Porque Cien años de soledad es eso: una fuente de riqueza personal.
Empezamos la historia con el coronel Aureliano Buendía. Todo gira en torno a su familia, de la que podremos contar hasta siete generaciones. Y con este ejemplo entro en el apartado de los personajes, que se te hará tan largo que seguramente en alguna ocasión necesites fabricarte un árbol genealógico e ir cuadrando datos. Pero, de todos modos, García Márquez lo lleva con esa magia de enlazarlo todo que, cuando creas que estás perdido o que te has olvidado de Fulanito Buendía, ahí está él para recordarte por dónde van los tiros.
Todo va cogido con hilos mágicos; con hilos de realismo mágico. Y esto se demuestra en los interminables momentos de cosas asombrosas que se describen como si fueran el sol de la mañana. Verás alfombras voladoras, fantasmas que deambulan y hablan solos, personajes que ascienden a los cielos, artes de todos los tamaños y colores para saber el destino. Encontrarás también el tema de la soledad. Todo tan constante, todo tan reiterativo, todo tan García Márquez. Todo es un círculo en Macondo y en la vida de los Buendía; un círculo en el que debes perderte antes de morir.
Qué decir de la escritura. Criticar al señor Gabriel García sería como que un niño que hace pinturas con las manos corriera a Botticelli a decirle que vaya un cuadro feo que ha hecho. Pero es que a mí me resulta imposible hacer algo así. Ya lo verás cuando lo leas (porque lo tienes que leer). Te lo cuenta todo con una sencillez que abruma, pero después encuentras las pinceladas de magia y de irrealidad que te chocan, pero que ahí están, como la vida misma, tan verdaderas como las flores de un jardín. Y te las crees. Y no parecen irreales. Y eso sólo le da más magia.
Y el final. Vaya un final. Vaya un broche de oro con diamantes engastados.
Eso sí. Un consejo: termínalo. No dejes que te abrume la cantidad de información y piérdete en el árbol interminable de hijos, sobrinos, nietos y tatarabuelos. Si hay algo que te llega a sobrecoger, date unos minutos y ya lo retomarás cuando puedas. Porque no todos los pasajes tienen por qué gustarte (yo misma pasé unos cuantos con algo de resignación), pero una cosa sí puedo decirte: merece la pena. Y mucho.
Así que imagínate cómo es la cosa. Imagina tu mundo ahora. Guárdalo en tu mente. Después de leer la novela, échale un vistazo a lo guardado. ¿A que ahora no te imaginas el mundo sin Cien años de soledad?
¿Me lo dejas?
ResponderEliminarDe nuevo, versión digital. Pero pienso adquirirlo en papel, como comprenderás. En cuanto lo tenga, la primera en la lista eres tú ♥
EliminarVoy a comenzar diciendo que seguramente sea un neófito en lo relativo a la supuesta "gran" narrativa del señor Gabriel García Márquez, por lo cual mi comentario sólo se debe leer como un chascarrillo sin ánimo de ofensas hacia la persona de tan... gran escritor.
ResponderEliminarEn mi humilde opinion (si,en mi inculta y poco letrada en literatura hispanoamericana opinion), Márquez peca de querer hacer mucho en poco texto. Me aburrió, al igual que me aburrió Melville con Moby Dick, a la cual le encuentro el mismo defecto; la narrativa en estos dos escritores se me hace muy, muy pesada.
Sin embargo García Márquez tiene una joya que,para mí gusto, ocasiona tanto deleite como enseñanza: "Crónica de una muerte anunciada".
Me despido no sin antes saludar a todos los que hacen posible este blog y espero que tanto curro dé sus frutos.
Muchísimas gracias por escribir ^^
EliminarAquí todo el mundo tiene derecho a opinar, tenga más o menos experiencia, así que por eso no te preocupes. Es un gusto que la gente opine, sea cual sea su criterio.
A mí, personalmente, me costó leer una parte del libro, concretamente lo de la guerra. Se me hizo algo pesado, para ser sincera. Pero la composición en general me pareció simplemente magnífica. No me esperaba ese final; constantemente me preguntaba "¿cómo acabará esto?". Además, he podido estudiar la obra más a fondo. ¿Sabes que apenas tardó dieciocho meses en redactarla? Me parece que tiene mucho mérito.
Aún no he leído ni ese libro ni 'El amor en los tiempos del cólera', pero ambos están en mi lista de pendientes. Y sí, Moby Dick es un peñazo xD
Muchísimas gracias por comentar y por los ánimos. Sube mucho la moral ver que hay gente que se interesa y da parte de su tiempo en leernos.
¡Gracias de todo corazón! ♥
jejeje.. Hola.. hola!!
ResponderEliminarPrecisamente hace unas semanas termine el libro, al igual que tu, le he metido el diento luego de muchas vueltas y totalmente de acuerdo contigo. Maravilloso. Es un libro de esos que se va tejiendo en una maraña de sucesos de tal fuerza que te va llevando con ellos.
Tengo la suerte de conocer mucho de ese mundo que se narra y aun así me sentí como me sorprendía a la vuelta de cada pagina.
Aun no he posteado mi debida opinión. La tengo preparada para las primeras del año nuevo.
Un beso, Guapa!
Te dejo mi blog: soyandante.com