Nubes de kétchup (Annabel Pitcher)

Título: Nubes de kétchup.

Título original: Ketchup clouds.

Autor/a: Annabel Pitcher.

Saga: ---

Editorial: Punto de lectura.

Traducción: María Díaz.

Año: 2014 (2012).

Páginas: 273.

ISBN: 9788466327596.

Precio: 7.99€

¿Dónde puedo conseguirlo?: Punto de Lectura

Sinopsis: Zoe es una chica inglesa de quince años que oculta un terrible secreto. Llena de angustia pero también con una buena dosis de humor, Zoe comenzará a escribir cartas a un criminal llamado Stuart Harris, encerrado en el corredor de la muerte de de una prisión de Texas. Piensa que solo alguien así, marcado al igual que ella por el secreto, la mentira y el asesinato, va a poder comprenderla... Bolígrafo en mano, Zoe respira profundamente, se come un sándwich de mermelada de fresa y comienza su relato de amor y traición...




Hacía bastante tiempo que había leído unas críticas muy buenas sobre Annabel Pitcher y su obra Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea. El título no me terminaba de llenar y no llegué a echarle valor, así que, cuando Punto de lectura me ofreció la posibilidad de leer Nubes de kétchup quise quitarme la espinita que tenía con la autora... ¡y menos mal, querido lector!

La sinopsis ya nos sitúa bien: Zoe es la protagonista de la historia. Es una chica torturada por un secreto enorme y abrasador. Por mucho que intenta luchar contra él, la sensación de culpa y el remordimiento se apoderan de ella. Al final, como vía de escape, toma la decisión de escribirle a Stuart Harris, un preso condenado a muerte en Texas. Éste es un buen comienzo, ¿no te parece? Pues agárrate, querido lector, que vienen curvas.

Es increíble la capacidad de Pitcher de acercarnos a los personajes. Lo de Zoe es comprensible; es la protagonista, al fin y al cabo. Pero a través de ella, de sus ojos y sus palabras, nos vamos aproximando al resto de personajes de una forma natural. Cuando uno se viene dar cuenta, está ya demasiado metido en sus vidas y en sus preocupaciones como para dejarlos de lado.
Primero tenemos a la familia de Zoe. Sus padres y sus dos hermanas. Una familia normal y corriente pero, a la vez, de lo más entrañable y cercana. Cierto es que la madre me sacó un poco de mis casillas en más de una ocasión, pero, para qué engañarnos, esa actitud tan necia la hacía más humana.
Después está el resto del círculo: aquellos personajes que no viven con ella. Primero, Lauren, su amiga de toda la vida que la apoya y la comprende... en la mayoría de las ocasiones. Max, el chico más guapo del instituto. Aaron, el hermano de Max, que no tarda en volverse realmente especial. Sandra, la madre de ambos. El mismísimo Stuart Harris, que no tiene jamás diálogo propio y, a pesar de todo, a través de los ojos de Zoe vamos cogiéndole cariño. Incluso al conocer el motivo de su pena de muerte.
Entre tiempos pasados y presentes, Zoe nos describirá qué es de su vida... y qué fue de ella también. Cómo llegó a la situación, su historia y sus tormentos. Cómo una niña tan joven se ve envuelta en una catástrofe semejante.

¿Y el final? Bueno, menos sangriento de lo que esperaba, pero muy satisfactorio. Una cosa que he de destacar es que no se sabe exactamente qué personaje muere hasta que llega el momento, y esto suma muchos puntos y mucha tensión a la historia.

Terminamos: ¿recomiendo la novela? Sí. ¿Para algún público especial? Pues a todo el que le guste leer, y, sobre todo, para una edad adolescente. Estos chicos con las hormonas revolucionadas y que suspiran por el Edward Cullen de turno. Menos pájaros en la cabeza y más historias con trascendencia. Y, en ese sentido, Nubes de kétchup es sin duda una buenísima elección.

Muchas gracias por el ejemplar a Punto de Lectura

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