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23/6/13

Juegos de la edad tardía (Luis Landero)

Título: Juegos de la edad tardía.
Título original: Juegos de la edad tardía.
Autor/a: Luis Landero.
Saga: ---
Editorial: Tusquets Editores. 
Traducción: ---
Año: 1989 (1989).
Páginas: 376.
ISBN: 97884472231351.
Precio: 8.95€.
¿Dónde puedo conseguirlo?: Casa del Libro
Sinopsis: Los anhelos de una vida amorosa e intelectual inquieta que Gregorio alimentó en su juventud se habían esfumado cuando, convertido ya en un oficinista gris, conoce un día por teléfono a Gil, hombre modesto, maduro también, quien, tras largos años de exilio, acabó idealizándolo todo en mitos anacrónicos. Gil necesita a toda costa un héroe-artista al que adherirse y, lentamente, consigue resucitar en Gregorio sus sueños juveniles y el deseo de convertirse en esa figura simbólica. Y ha lugar la metamorfosis de Gregorio en Faroni, personaje que ninguno de los dos nunca logró ser -ingeniero y poeta, triunfador, culto, políglota, apuesto, audaz en el amor, <<progre>>-, pero patética criatura del artista trasnochado. Cuando Gil va por fin a conocer a Gregorio, éste ya no puede volver atrás. Estos dos adolescentes otoñales han emprendido juegos demasiado peligrosos, y fortificando uno por la feredentora del otro, ya no pueden sino fundirse por siempre en Faroni.




Realmente la esencia de la historia del libro viene bien definida en la sinopsis anterior. Gregorio es ya un aburrido oficinista que coge llamadas en algún rincón de un despacho. Un día, sin más, llama Gil, y ahí empieza todo. Saltando de una mentira a otra, sin quererlo, Gregorio termina resucitando al poeta idealizado que inventó en su infancia: Faroni. Éste era el sobrenombre que él quiso utilizar para sus poemas, y, a partir de este recuerdo, crea en esas conversaciones telefónicas la figura idealizada de lo que él habría querido ser y no fue: de su afán.

Todo esto se nos narra en tres partes bien diferenciadas: la niñez y adolescencia de Gregorio, el tiempo de conversación con Gil (9 años que se pasan los señores llamándose el uno al otro) y, finalmente, la visita del propio Gil a la ciudad de Gregorio y la huida de éste para que no lo encuentren. Y... poco más. Al menos para mí.

He estado informándome acerca de este libro, visitando otras bibliotecas porque me interesaba la opinión de la gente. Todos coinciden en una cosa: la obra es sublime. Pero es que para mí, la verdad, no es nada del otro mundo. Pero, ojo, querido lector, que tampoco te estoy diciendo que no la leas. Con esto quiero decir que hay gustos como colores y que éste, en concreto, es un buen ejemplo de ello.

La sintaxis del señor Landero, te digo desde ya, es larguísima. Y eso demuestra que tiene un conocimiento magnífico de la misma, pero para mí es demasiada. Y soy la primera en apoyar las frases largas. Pero, en este caso, me resultan abrumadoras. No terminas de perderte entre las coordinaciones y subordinaciones (yo al menos no me perdí), pero me huele a mí que alguien que no esté acostumbrado a leer sí que tendría que volver atrás y decir: <<a ver, ¿qué me contaba a mí este hombre?>>. Los paréntesis son muy largos, las narraciones con muchas vueltas y vueltas, y todo como un tío-vivo que sube y que baja y que te divierte pero que te marea.

Pero, oye, una cosa tengo que concederle: vaya un control magistral del conocimiento literario. Vemos referencias literarias en toda la obra (si bien el libro en sí mismo es un reflejo estupendo de El Quijote). Pocas veces he visto yo marcado en un libro una referencia a Álvar Núñez Cabeza de Vaca. Para mí, como filóloga, el detalle me enamoró. Pero no sólo éste, por supuesto, sino muchos más que a nosotros, a los que vivimos entre libros y literatura, nos recuerdan momentos bonitos perdiéndonos en las páginas de otros.

Los personajes se muestran concretos y curiosos. Cada uno es distinto del anterior y, como hemos dicho antes, en muchos de ellos podemos ver un reflejo con aire actual de los compañeros de Alonso Quijano. Habrá de todo, muy dispares y, a su manera, enternecedores. Aún así, para mí, ninguno trascendental.

Y aquí la pregunta de siempre: <<que sí, que mucho resumen y mucha cosa pero... ¿me lo compro?>>. Pues mira, querido lector, sí. Pero sí si te gusta leer y perderte. Si no, pídeselo prestado a alguien y, sobre todo, cuando hayas leído mucho más de otras cosas. Que mi punto de vista subjetivo no le dé una valoración excesiva no significa que, objetivamente, sea un libro para leer más de una vez.





2 comentarios:

  1. Pues yo te lo voy a pedir prestado, pero porque soy pobre, no por otra cosa.
    ¿Me lo dejas? *_*

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    Respuestas
    1. Me lo he leído en eBook, corazón. Precisamente lo escogí para la asignatura, porque lo tenía en formato digital (no te imaginas la cantidad de dinero que me ha ahorrado ese chisme para la carrera).

      ¡Lo siento! T_T

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