¡Abrimos de nuevo!

Sí, aquí estoy otra vez.

La gente que me ha estado siguiendo habrá notado que últimamente las entradas eran cada vez menos. Apenas publicaba reseñas, las actualizaciones eran muy pobres y limitadas, e, incluso, la calidad de las reseñas había bajado considerablemente.

Básicamente todo lo que me ha pasado es que he vivido muchas experiencias en estos últimos meses. Una de ellas, por suerte, es que he encontrado trabajo (o lo que yo puedo llamar trabajo). Es por eso que las horas de acceso bajaron considerablemente, y decidí decantarme más por asuntos como Youtube, que me quitaban menos tiempo del poco que me quedaba libre. Además, precisamente por no tener descanso, no podía leer.

¡Pero aquí estoy de nuevo! Y sé que lo más apropiado habría sido entrar a lo grande, cambiando la estética del blog, con un banner nuevo y colores refrescantes que le dieran un lavado de cara a mi sitio de la web. Pues lo siento mucho, pero estoy muy enamorada del estilo que me diseñó Isa Janis; recoge a la perfección lo que es mi esencia, lo que quiero, y la manera de estar cómoda en mi propio rincón internauta.

Lo que sí he hecho es aplicar un cierto cambio a las reseñas. En primera instancia, he cambiado lo de las reseñas con nota que ya traté hace tiempo en un ¿Hablamos de...? Ya no hay más numeritos de calificación, y así se ve también en el menú. Si os vais a la parte de los libros, ahora hay una nueva sección que se llama "Mejores lecturas". La gente ya me había comentado que suprimir las notas impedía a los que visitaran mi blog saber cuáles eran los libros que más me habían gustado. Eso, y que además me daba un poco de pena perder el diseño de los números con la lámpara del genio (que es muy yo), me ha hecho decantarme por una especie de "pegatinas" que pondré en las reseñas.

Son aquellas novelas que, una vez que las lees, piensas que en tu vida hay un antes y un después. Son esas lecturas que enamoran, que traspasan y que se quedan marcadas en el alma. Son eso: imprescindibles.

No son buenas; son mejores. Son novelas maravillosas y sabrosas, de éstas que te dejan un gusto magnífico en la boca cuando las acabas y que recomiendas sí o sí a cualquiera que te pregunta.

No son imprescindibles ni trascendentales, pero son terriblemente buenas. Tanto que son básicas y las recuerdas con mucho placer. Te hacen pasar un buen rato (uno muy bueno) y, además, no te molestaría repetirlas más de una vez.

La lista de las mejores lecturas la podéis leer aquí.

¡Y ya está! Que aquí estoy dando el follón de nuevo.

Muchísimas gracias a todos los que me habéis apoyado durante este tiempo. Y en especial a ti, David, que sé que me lees. Tu interés por mis reseñas me da unas energías que no puedes ni imaginarte.